Allez-hop!

 

Ya no me siento mal. Sé que nada dura para siempre, pero al menos en este momento, en este preciso instante, me siento mejor. No hay preocupación. No hay lágrimas. No hay mal humor. No hay lastres. Esas sensaciones no serán eternas, pero no me importa. Por ahora estoy en paz. Ça plane pour moi. Vaya que sí.

Vive Latino

El viernes sólo fui a ver a Porter (¡ups!, placer culposísimo), a los Yeah Yeah Yeahs y a Underworld. Y ahí estuve yo solita entre la multitud, con mi suéter rojo ñoñísimo, mi chamarra roja ñoñísima y mis tenis ñoñísimos.

Con Porter hubo orgasmos masivos. Yo, por mi parte, descubrí que no tengo una canción favorita de ellos, pero sin duda ésta es la más representativa:

Terminaron de tocar y me quedé esperando a los Yeah Yeah Yeahs, quienes salieron un poco más tarde de lo programado y con un sonido un tanto raro, el cual se fue componiendo conforme pasaron los minutos. Coverearon a los Cramps, tocaron sus “clásicos”, y yo, como buena dramática incorregible, me derrumbé con Maps. Lloré junto con Karen O durante cuatro minutos y medio.

Minutos después salió Underworld y, tal como lo pronostiqué, no paré de bailar. Un tipo que estaba atrás de mi me restregaba el pito cada que podía, pero lo voltee a ver con una mirada fulminante y no volvió a hacerlo. Aunque la canción más esperada de la noche era Born Slippy, mi momento favorito fue Always Loved A Film. Fue fabuloso recordar mis años de juventud y los (pocos) momentos felices de mi vida de estudiante.

El sábado, aunque quise apresurarme, el camión tardó horas en pasar y sólo llegué a la última canción de Los Ángeles Azules, pero valió la pena, son increíbles en vivo. Después me fui al escenario principal para alcanzar un lugar decente y hasta me dormí de pie viendo a Carla Morrison, pero cuando terminó su presentación, se hizo un caos más cruento que las aglomeraciones en el metro Hidalgo a las seis de la tarde. Me pisaron, me manosearon, me aplastaron, me empujaron, me volvieron a pisar, y me robaron el celular. Lloré por la desesperación, pero ya no podía hacer nada, así que me quedé ahí. Por si fuera poco, me cayó un vaso con orines. Ni para qué mentar madres, lo peor ya había sucedido.

Después de la dolorosa espera, salió Tame Impala, llenos de energía y con un desempeño impecable, a pesar de que Kevin Parker estaba enfermísimo y por esa causa tocaron poco tiempo. En dos momentos se armó el slam y temí por mi vida, pero al final no pasó a mayores y pude disfrutar de la presentación de los australianos sin problemas. Aunque los vi cuando vinieron a México en 2011, me quedé con ganas de más.

Mi intención era quedarme ahí, pero el chico que estaba detrás de mí (y que por cierto no me arrimó el pito una sola vez) dijo que me invitaba una cerveza, y a pesar de mi reticencia, me fui con él. Me sentía mal por todo lo que había pasado, así que un trago sonaba glorioso en ese momento.

Platicamos y tomamos cerveza, y unos minutos después mostró sus verdaderas intenciones. Fue lindo saber que todavía le puedo gustar a alguien, pero yo no iba en busca de nada más que de ver a mis bandas favoritas, así que en cuanto escuché que había comenzado la presentación de Blur, nos dirigimos al escenario. Él se fue a una fiesta con sus amigos, y yo me quedé ahí, a disfrutar de un momento que había esperado por largo tiempo.

Durante mi canción favorita, unos chavos se agarraron a madrazos y me espantaron el llanto (lo cual no sé si es bueno o malo), pero a pesar de ello, me la pasé pocamadre. Y aunque la extrañé, que bueno que no tocaron No Distance Left To Run, hubiera sido emocionalmente demoledora, no estaba en un buen momento, independientemente de lo sucedido horas atrás. Tal como lo intuí, cerraron con The Universal y, sin temor a equivocarme, todos fuimos infinitamente felices durante la hora y fracción que duró su estadía en el escenario.

El fin de semana pasado me sucedieron muchas desgracias, pero qué importa. Tuve música. Tuve momentos para mí sola. Tuve felicidad. Me tuve a mí misma. Y bueno, las cosas materiales son eso, cosas. Los recuerdos nadie me los quita. Como dijo Alex Lora: “todo sea por el rocanrol”.

You forget so easy…

A veces pareciera que a nadie le importa nada. A veces yo quisiera que no me importara nada. A veces, escucho esta canción y me dan ganas de llorar. Hoy, por ejemplo, tengo muchas ganas de llorar y por eso escucharé esta canción. Una y otra y otra vez. Hasta que ya no me quede nada que llorar. Hasta que se vaya esta sensación. Hasta que se termine este nuevo Día del Pato Muerto.

A veces quisiera olvidar fácilmente. Y no puedo. Sólo me dan ganas de llorar.

You have never been in love…

… until you’ve seen Morrissey performing live.

Dicen que es mamón. Dicen que es arrogante. Dicen que es intolerante. Dicen que su música es mala. Dice miles de cosas de él. A mí no me interesan. Adoro a Steven Patrick Morrissey.

Mi romance con él empezó hace muchos años. Sus canciones me han acompañado en infinidad de momentos. La primera vez que lo vi en vivo, mis piernas flaquearon. Sin lugar a dudas, ocupa un sitio muy especial en mi vida.

Después de que supe que había cancelado su presentación en el Vive Latino, me sentí muy triste. Es como cuando esperas ver a alguien a quien quieres mucho y el encuentro nunca sucede.

No sé si vuelva a venir algún día. No sé si llegue a tener la oportunidad de verlo en algún otro lugar. Lo que me consuela es que tengo sus canciones, sus letras y su voz. De alguna forma, él siempre ha estado conmigo, me ha acompañado, me ha cobijado. Estoy consciente de que tiene aspectos negativos, como cualquier ser humano. Y sin minimizar lo malo que pueda haber dicho o hecho, prefiero admirarlo por sus aspectos positivos. Todos merecemos oportunidades. Yo se las doy a mucha gente. También se la doy a Morrissey.

Cambios

—Es que YO no quiero dejar de verte, quiero estar contigo. YO me he dedicado a cambiar, a mejorarme, a estar bien. YO ya no soy el mismo, eso es lo que necesito que entiendas…

—[Te apesta el hocico, wey.] Pero…

—YO sé que hice cosas que te afectaron y que te dieron una idea equivocada acerca de mi persona, pero YO he cambiado, ya no soy egoísta, ya no pienso únicamente en mí mismo. YO soy mejor y quiero que estés conmigo y que lo compruebes…

—[¿Qué hice para merecer esto?] La cuestión es que…

—YO estoy mejor que antes, cuando andaba sin rumbo, lastimado y desconfiado de todos y de todo, pero ya no es así. YO me he renovado, YO soy invencible, YO…

—[Por lo visto no se callará nunca.] ¿Nos vamos?

—Sí, pero necesito saber que estamos bien, que estaremos juntos. YO tengo planes, YO quiero que me acompañes en esta renovación, tengo un buen presentimiento acerca de nosotros. YO quiero darme la oportunidad de estar contigo…

—[¡Maldito ególatra de mierda!] Debo pensar, tenemos ideas muy distintas…

—YO sé que todo saldrá bien, YO creo que debemos estar juntos. YO espero que pongas de tu parte, porque ahora soy una mejor persona y quiero que mi esfuerzo tenga frutos… Por cierto, YO me voy en taxi, ¿te dejo en algún lugar?

—[Obvio no, puto.] Me voy en el Metrobús…

—YO te acompaño a la entrada, porque YO…

—[¡Ayúdame, Cthulhu!] Bueno, gracias, nos vemos…

—YO quiero que me des un beso…

—[Ceiling Cat que estás en los cielos, líbrame de todo mal.] No lo creo…

—¿Por qué no? YO quiero besarte.

—[Hijo de puta.] No estoy lista… nos vemos.

—¿Qué te pasa? YO cambié, YO soy mejor, ¿cómo es que no quieres besarme?

—[¡Carajo!] Porque no, ya me voy.

—Espera, YO quiero que hablemos…

—Vete a la verga… Adiós.

—¡No te vayas! YO quiero hablar, YO cambié, no puedes dejarme así…

—[Huye como si fuera la peste.]

—¡Regresa!

—[Se sube al Metrobús]
—YO cambié… YO cambié…

Oportunidades

Siempre he pensado que las personas merecen oportunidades, sin importar el bien o el mal que han hecho.

Le di muchas oportunidades a alguien que no las merecía, y se las negué a quien sí las merecía.

La vida se trata de lograr aciertos, pero también de equivocarse. Le di otra oportunidad a quien se la ha ganado, y ya no pienso ofrecerle una sola a quien jamás las aprovechó.

Por mucho tiempo tuve expectativas que afectaron mi persona y mi espíritu. Hubo mentiras. Faltó el amor. Ahora ya no espero nada. Quiero sorprenderme con lo que suceda.

Y, por supuesto, las oportunidades seguirán, pero esta vez tendré los ojos bien abiertos. Uno nunca sabe lo que puede encontrar.

Día de la mujer

Ayer tuve el día libre. Me levanté (no muy) tarde. Fui al mercado a comprar gorditas (que me hacen daño y de todas formas las amo). Vi una película en la televisión. Lavé los trastos. Fui al cine. Me enojé en el cine porque los señores de al lado no se callaban. Salí del cine. Tomé un camión. Me bajé del camión. Caminé. Recibí una llamada. Caminé. Discutí. Caminé. Me perdí una función de cine. Seguí discutiendo. Caminé. Terminó la discusión. Terminó la llamada. Seguí caminando. Fui por un café. No me daban mi orden. Llegó la persona con la que discutí al teléfono. Me dieron mi orden. Nos sentamos. Platicamos. Tomamos café. Seguimos platicando. Nos fuimos. Caminamos hasta su casa. Comimos botanas. Vimos una película. Platicamos. Caminamos. Me fui a casa. Vi una película. Me fui a dormir.

Qué mejor manera de festejar el día de la mujer que dedicando todas esas horas a mi persona. Y sí, como dice la canción, quiero moverme. Necesito moverme todo el tiempo.